PERDÓN

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La mejor manera de dejar el pasado atrás es el perdón. No me refiero a una mera disculpa por llegar tarde a una cita, haberte olvidado de algo o confundirte sobre algo. La diferencia, de hecho, radica en la intensidad de nuestra equivocación. En el primero de los casos hemos hecho daño de verdad a alguien, hemos roto su confianza, le hemos faltado el respeto o hemos herido sus sentimientos. Mientras que en el segundo caso, se trata más bien de la descortesía hacia la otra persona.

 Todo el mundo comete errores, no conozco a nadie que no haya metido la pata alguna vez. Lo que no podemos hacer es estar castigándonos eternamente por haber cometido esos errores. Estoy hablando de una suposición en el que nuestro acto no se basa en dañar al otro, quiero decir, estoy hablando del caso en el que no lo hayamos hecho adrede, o sea que nuestra intención o nuestro fin, no es la de herir a la otra persona. Lo más duro es reconocer que hemos hecho algo mal y que hemos perjudicado a otra persona. Tenemos que pensar que somos seres imperfectos, asumir las consecuencias de nuestros errores y seguir adelante.

 Habrá veces en que te encontrarás con que alguien te tendría que haber pedido perdón o se tendría que haber disculpado, te sientes herido, traicionado o decepcionado con alguien, pero ese arrepentimiento de la otra persona no llega. De hecho, a veces nunca llega. Sentir odio, ira, asco o desprecio por alguien eternamente no nos va a hacer sentir mejor con nosotros mismos. Porque cuando te llenas de sentimientos negativos, no eres capaz de ver las buenas cosas de la vida, es como si te rodearas de una neblina negra que te impidiera ver el sol. Así que aunque esa persona no muestre ningún signo de arrepentimiento, tómate tu tiempo, piensa sobre lo que ha sucedido, piensa en las razones por las que lo pudiera haber hecho lo que haya hecho y cuando estés listo, perdónala. La vida es muy corta como para vivir lleno de resentimiento hacia otra persona. Disfrútala.

 Algunas personas son incapaces de pedir disculpas y menos de pedir perdón. No sé el porque de esa actitud. No sé si es porque piensan que es un signo de debilidad, no sé si es porque no se arrepienten de nada de lo que hacen o son incapaces de percibir el daño que causan en los demás, les demuestren o no dolor. No se me ocurre mayor signo de fortaleza que el de reconocer nuestra imperfección y de mostrar empatía para con el sentimiento del otro. La soberbia y el orgullo no llevan a otro lugar que no sea la soledad. La grandeza se encuentra en la humildad.

 A veces te preguntarás si no era mejor que esa persona no te hubiera pedido perdón. Lo digo porque mucha gente confunde el perdonar con hacer las paces. Cuando una persona te perdona no significa que todo esté como antes, es imposible. El amor, la confianza y el respeto son tres grandes valores que se construyen a base de tiempo y de esfuerzo, y si los destruyes, no puedes pretender que vuelvan a encajar como si fuese un puzzle o un rompecabezas. Cuando una persona te perdona, significa que tenéis que volver a empezar desde cero. Tienes que volver a ganarte su amor, respeto o confianza, si es que se puede claro, porque a veces no resulta tan fácil como parece.

 No se trata de olvidar lo que ha pasado y hacer como si nada, es más bien de no centrar nuestra energía en ese recuerdo o ese sentimiento doloroso, dedicarnos a vivir nuestro presente centrados en las cosas que realmente nos importan: las personas queridas. Si alguien es capaz de hacerte daño sea intencionadamente o no, alguien es o será capaz de sanarlo.

 La venganza tampoco es la solución. Imagina centrar tu vida en destrozar la vida de alguien, de perseguir a una persona como un maníaco (no lo digo exclusivamente en el sentido físico, sino de todas las maneras posibles: entrando en su correo, en su ordenador…), porque a fin de cuentas eso no te lleva a ninguna parte. No te hace más fuerte, ni te hace dominante ni te hace nada, es más, te hace más débil porque centras tu vida y en consecuencia, tu felicidad en una persona a la que no le importas, que no te quiere o que no te trata o no te ha tratado como te mereces, en vez de centrarlo en ti. Lo que demuestra es lo poco que te puedes llegar a querer y en lo poco que aprecias tu vida, una existencia muy corta si tenemos en cuenta el nacimiento de la vida en este planeta.

 LUZ 8 RAYOS

» Pedir perdón es de valientes, perdonar es de sabios.» I.L.

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